Tras mi reflejo no está tu mirada.. ya no.
Y de repente.. silencio. Y no hay luz y solo veo falsas entrellas, todo gira entorno a ella. El efecto es como la anestesia.. no lo notas hasta que empiezas a sentirlo.. y duele, duele mucho. Y lloras, abrazada a su ropa y a su recuerdo, a peluches que hacen las veces de su pelo y a la almohada que recuerda la comodidad de su cuerpo. No es lo mismo.. porque está frío, porque nadie es eterno hasta que nace en el cielo y yo al estar contigo he atisbado tu reino prohibido, el placer de lo eterno en la mente, tus besos.. tus abrazos, tu cuerpo y no son nada más que espejos en un juego eterno de oscuros pasadizos de hielo y recobecos de calor cuando ya sientes que te vas a morir de frío.. de tanto sudar solo. Solo ves tú reflejo ardiente en espejos negros con pasión encerrada, actuada, falsa al otro lado. Y cierro los ojos ignorando mi mirada, recordando cada una de tus facciones, sintiendo un gramo de tu calor por un instante, que frustrado abre los ojos para reencontrarme con los extraños que se besan tras mi reflejo.
Añoro tu abrazos.. pero sobretodo... tus besos, tus buenas noches y joder.. tus tequieros.